Halfway through class, the teacher asks:
-Jaimito, tell me five things that contain milk.
-Five fridges.
Explanation
There is one thing in this joke that is unclear to us: Is Jaimito confused, or is he cleverer than everyone else? Let's look at the situation: the teacher asks her pupil to mention five things that contain milk. Should we ask you the same thing, you would think of various kinds of food that include milk as their primary ingredient, such as yoghurts, smoothies, cakes... but the fact is that the teacher has not specifically asked for a recipe, nor has she made it clear that those five things should be different from each other.
So, Jaimito, with much judgement and intelligence, quickly answers that those five things, which contain milk and which need not be different from each other, are five fridges.
The funniest thing is that the answer is totally valid. Therefore, our imagination also comes to play in this joke, where we see the teacher fooled again and yet unable to punish her student. After all, it is she who formulated her question incorrectly.
Within this context, as a joke, the answer sounds good. But we recommend you not to use it in real life, should your teacher pose the same question. You never know what might happen.
SPANISH
En clase, la profesora pregunta:
-Jaimito, dime cinco cosas que contengan leche.
- Cinco frigoríficos.
Explicación
Hay algo en este chiste que nos confunde, ¿Jaimito se ha equivocado o ha sido más listo que ninguno? Analizemos la situación: la profesora pide al alumno que le diga cinco cosas que contengan leche. Si os preguntamos eso pensaréis en diferentes alimentos que la tengan como ingrediente principal como yogures, batidos, pasteles... pero lo cierto es que la maestra no ha preguntado exactamente por una receta ni ha pedido que esas cinco cosas que contienen leche sean diferentes.
Así que Jaimito, con mucho juicio e inteligencia, responde rápidamente que esas cinco cosas que tienen leche y que no hace falta que sean distintas son, evidentemente, cinco frigoríficos.
Lo más gracioso es que la respuesta es totalmente válida. Así que también entra en juego nuestra imaginación, en la que vemos a la profesora otra vez burlada pero que tampoco puede castigar al alumno. Al fin y al cabo es ella la que ha formulado mal la pregunta.
Así, en el chiste, queda muy bien. Pero os recomendamos que no respondáis eso si vuestro maestro en la vida real plantea la misma cuestión. Nunca se sabe qué puede pasar.