A boy arrives home with very bad grades. When she sees them, his mother shouts:
- Son... These grades deserve a punishment!
To what the boy responds:
- I agree, ma. Tell the teacher he will be two weeks without TV!
Explanation
The first time we hear the joke it is very possible that we don't understand it. But let's think for a second: Why do our parents punish us when it has been the teacher who gave us those marks? How do we make sure that the teacher is doing a good job and is right when judging our effort? In case he wasn't, shouldn't he be punished too? That's exactly what the boy claims: that the teacher has failed.
Now, does he really feel that or is it just an excuse? Well... no idea. Maybe the mother believes him (or not), but her son has been very clear: if there is justice in this world, the teacher must pay too. And is there a worst punishment for a kid than not watching TV?
So the joke has two jokes in it: the first one is when the student turns the conversation around and blames the teacher, and the second one is that he asks for the worst punishment possible from the point of view of a child.
In any case, we insist on something we have stated several times before: this is OK for a joke, but don't reply to your mother like this. You stand to lose. Really. We know by experience.
SPANISH
Un niño llega a casa con muy malas notas. Al verlas su madre grita...
- Hijo... ¡Estas notas merecen un castigo!
A lo que responde el niño.
- Estoy de acuerdo, mamá. ¡Dile al profesor que va estar dos semanas sin ver la tele!
Explicación
La primera vez que escuchamos el chiste es probable que no lo entendamos. Pero reflexionamos un poco: ¿Por qué nos castigan nuestros padres si el que nos ha puesto la nota es el profesor?, ¿cómo nos aseguramos de que el maestro esté haciendo bien su trabajo y juzgue bien nuestro trabajo? En tal caso, ¿no habría también que castigarle a él? Eso es precisamente lo que mantiene el niño, que el profesor ha fallado.
Ahora bien, ¿lo dice porque lo siente de verdad o es solamente una excusa? Pues ni idea. Quizá la madre lo crea o no, pero su hijo ha dejado las cosas claras: si existe justicia en este mundo el profesor también debe pagar. ¿Y qué castigo hay peor para un niño que no ver la tele?
Así el chiste tiene dos gracietas: la primera en la que el alumno da un giro a la conversación echando las culpas al maestro; y la segunda, en la que pide el mayor castigo posible desde el punto de vista de un chaval.
De todas maneras, insistimos en algo que ya os hemos dicho más de una vez: esto está bien para un chiste, pero no deis una respuesta así a vuestra madre. Lleváis las de perder. De verdad. En serio. Lo sabemos por experiencia.