Pueblo español
En Montjuïc, en la época de la dictadura de Primo de Rivera y en de la Exposición Internacional de 1929, se decidió construir un Pueblo Español (Poble Espanyol), que pronto se convertiría en una síntesis de la arquitectura y del trabajo artesanal de España. Tenía que ser derribado al finalizar el acontecimiento, pero fue conservado.
La idea original era un conjunto de edificaciones extraídas de la arquitectura monumental española que serían incorporadas en una especie de collage o mural.
Los constructores del recinto pretendieron hacer un pueblo donde estarían reproducidos los edificios más representativos y bonitos del país.
El Pueblo Español ha superado ya los cincuenta años de vida.
Desde que fue concebido en 1929, el Poble Espanyol ha sido contemplado como un espacio diferente y único en la ciudad.
Su configuración urbanística (un verdadero pueblo con calles y plazas, sin coches y envuelto por la naturaleza que ofrece la montaña de Montjuïc), le ha ayudado ha crear un ambiente especial.
Además, sus callejuelas esconden un mundo fantástico prácticamente real: talleres de artesanos, tiendas, museos, restaurantes y zonas verdes.